El pasado fin de semana estuvimos en el
Pfalz, una región del Alemania en el suroeste del país, al norte de Baden Württemberg. El sábado por la mañana cogimos el tren en Stuttgart y fuimos hasta Karlsruhe para allí coger otro tren hasta Wörth y desde allí un último tren más hasta el pueblo de Alex. Desde allí fuimos con la camioneta ochentera hasta el primer destino,
Berwartstein. Antes de visitar el castillo hicimos una ruta de unos 14 km. Al llegar al castillo, le compramos miel a un hombre mayor sentado al borde del camino bajo una sombrilla. Nos contó que había sido pastor durante 40 años y que vivió una época muy dura después de la guerra porque tuvo que retirar las minas de los campos por donde pastaban sus ovejas.
Ya por la noche, de camino a la casa de los padres de Alex, paramos en una Weinfest (fiesta del vino) en un pueblo de la zona. Una de los atractivos de esta parte de Alemania es lo que llaman la
Deutsche Weinstraße (ruta alemana del vino), esto es, una carretera de unos 85 km. que discurre por distintas comarcas donde el vino es el protagonista indiscutible a lo largo del valle de Rin. En la casa de Alex nos esperaba una suculenta cena con comida típica alemana preparada por su madre, un sol de mujer. Al día siguiente hicimos una visita guiada por el jardín de la casa y después emprendimos el camino para visitar
Madenburg y
Burg Trifels. Ya por la noche tomamos el camino de vuelta para regresar a la vida en la urbe.
El pasado fin de semana estuvimos en el Pfalz, una región del Alemania en el suroeste del país, al norte de Baden Württemberg. El sábado por la mañana cogimos el tren en Stuttgart y fuimos hasta Karlsruhe para allí coger otro tren hasta Wörth y desde allí un último tren más hasta el pueblo de Alex. Desde allí fuimos con la camioneta ochentera hasta el primer destino, Berwartstein. Antes de visitar el castillo hicimos una ruta de unos 14 km. Al llegar al castillo, le compramos miel a un hombre mayor sentado al borde del camino bajo una sombrilla. Nos contó que había sido pastor durante 40 años y que vivió una época muy dura después de la guerra porque tuvo que retirar las minas de los campos por donde pastaban sus ovejas.
Ya por la noche, de camino a la casa de los padres de Alex, paramos en una Weinfest (fiesta del vino) en un pueblo de la zona. Una de los atractivos de esta parte de Alemania es lo que llaman la Deutsche Weinstraße (ruta alemana del vino), esto es, una carretera de unos 85 km. que discurre por distintas comarcas donde el vino es el protagonista indiscutible a lo largo del valle de Rin. En la casa de Alex nos esperaba una suculenta cena con comida típica alemana preparada por su madre, un sol de mujer. Al día siguiente hicimos una visita guiada por el jardín de la casa y después emprendimos el camino para visitar Madenburg y Burg Trifels. Ya por la noche tomamos el camino de vuelta para regresar a la vida en la urbe.
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